lunes, 18 de junio de 2007

Padres

Durante semanas, en mi trabajo y allende donde está mi computador, en el puesto de un compañero de trabajo, hay una pecera elaborada por su hijo. Para que tengan una idea de lo que hablo, mi compañero ronda los 30 años y su hijo mayor va en 1ª o 2ª básico. Hoy esa "pecera" hecha con una tapa de caja de zapatos forrada con papel azul y ocre (simulando agua y arena) y peces recortados de alguna revista de Biología (Ciencias Naturales, le decíamos nosotros, por allá en 1979...) me llamó más la atención, pues me recordó los trabajos que cuando niño realizaba para el Dia de la Madre o el Día del Padre, y me hizo pensar en todos los sacrificios que nuestros padres realizaban cuando fuimos niños; pues mi compañero ha debido realizar grandes esfuerzos para lograr que lo promocionen a un cargo superior, lo que redunda en un mejor sueldo y mejores condiciones económicas para su familia. Es curioso, pero me toca ser testigo y ver el otro lado de la moneda; y aunque no soy casado ni tengo hijos, me doy cuenta que la vida siempre te va enseñando cosas, todos los días. Cuando niños solo pedíamos cosas (casi en un 100% eran juguetes) y nuestros padres hicieron malabares por conseguirlos. Cuando crecemos, vamos madurando y conocemos nuevas experiencias: el dolor de caerse, el sabor picante de ciertos vegetales, no molestar a los animales pues si se enojan nos pueden morder; y a medida que creces se van sumando lecciones: conoces el castigo por cometer algun delito, un reconocimiento o recompesa por una noble accion, conoces tu primer amor, el dolor de una despedida, etc. Incluso, si tienes la dicha y bendición, te conviertes en madre o en padre.
A pesar que ayer se celebró el Día del Padre, hoy jugabamos bromas a nuestros compañeros diciendoles como habían pasado el "Día del Tío", si los "niños ajenos" se habían acostumbrado a llamarles Papá, si había ido el lechero a saludar a los niños y cosas por el estilo.... cosas de adultos... que ahora tomamos a la ligera y comprendemos.
Pasan los años y ahora algunos de mis pares son celebrados en su dia, como madres o padres que ahora son. Nuevos sentimientos han descubierto junto a sus hijos. Por otro lado, los que aún persistimos en nuestra condición de soltero (y aquellos que son casados también), celebramos junto a nuestros padres a modo de retribuir, en parte, todo lo que ellos nos han brindado, es decir AMOR.
Es curioso como he aprendido a ver las cosas de otro modo. Hace apenas unos años era la lucha por sacar un título profesional en alguna Universidad o Instituto, después fué la lucha por conseguir un puesto laboral de acorde a nuestras expectativas. Ahora, aunque mis pares estén agotados, ellos sacan fuerzas de flaqueza y se exigen de modo de rendir tanto en el trabajo como en el hogar, pues son hombres de familia y no deja de causarme gracia el hecho de escuchar, sin pecar de inoportuno, las conversaciones por teléfono en la oficina con sus esposas e hijos y escuchar que todo va bien, aunque en ocasiones las conversaciones van desde el tono de "Casado con Hijos" hasta "Rebelde sin Causa".
Estos días la vida me enseñó a valorar lo que tengo y aunque mi padre ya no está en este mundo conmigo, aprendo a valorar más a mi madre que aún sigue conmigo junto al amor que ella me brinda.
Espero que la vida algún día me bendiga con el hecho de formar una familia.... sólo el tiempo lo dirá...

Espero que hayan pasado un excelente fin de semana.

P.D.: ¿Que cosa nueva les ha enseñado la vida en estos días?

Cordiales Saludos
Juan Sergio Gajardo Armijo
"Memento Audere Semper"